Guy Ryder miró a su auditorio y lanzó la afirmación: el trabajo cobra más víctimas que la guerra. Se estima que cada año mueren 2,3 millones de trabajadores debido a accidentes o enfermedades relacionados con el trabajo y los costos directos e indirectos de estos superan los $us 2.800 millones y en pérdidas pueden significar más del 2% del PIB de un país. En Bolivia las pérdidas se estiman en Bs 1,3 millones.
Ryder es director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y emitió esta declaración durante el XX Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, realizado a finales de agosto en Frankfurt.
Y esta cifra cuantiosa también es evidente en Bolivia. Enrique Núñez, presidente de la Sociedad Boliviana de Seguridad y Salud Ocupacional (SBSO) informó, con datos del INE, que de 2010 a 2012 el Ministerio de Trabajo registró 22.847 accidentes laborales y 967 enfermedades ocupacionales y, considerando que cada uno tuvo al menos un día de baja, las empresas gastaron más de Bs 430.000 al año por sus accidentados.
Núñez aseguró que esa cifra puede ser superior ya que no cuentan con datos oficiales actualizados, e instó a los empresarios a invertir en la prevención de riesgos laborales como una garantía para obtener menos gastos y más ahorros.
Según el técnico, los accidentes laborales en el país se originan cuando tres entes incumplen sus roles: la autoridad competente, al no emitir normas claras ni fiscalizar; el empleador, al entender la seguridad como un gasto y no una inversión, y el trabajador, que por concluir rápido su trabajo, incumple las normas de seguridad en su sector.
Por su parte, las estadísticas de accidentabilidad que realiza anualmente el Gobierno de Chile expresan que la minería, la construcción, el transporte y el almacenaje son los sectores que tienen mayor número de accidentes laborales mortales en la región. Según este informe comparativo, en Bolivia, la tasa de mortalidad por accidentes laborales es de 21,9 por cada 100.000 trabajadores.
Pablo Caballero, gerente técnico de 3M, una firma que fabrica equipos industriales de seguridad, dijo que en el país, después de los accidentes de tránsito, los infortunios laborales son la segunda causa de muerte afectando directamente a las utilidades de una empresa.
Explicó que hay accidentes que son evidentes en la parte exterior del cuerpo, pero hay otros, como la pérdida de audición por ruidos estridentes o de pulmones afectados por materiales tóxicos, que no se ven, pero pueden afectar el cumplimiento de los deberes cotidianos en un futuro inmediato.
Caballero explicó que en Colombia, por ejemplo, antes de realizar un trabajo sobre una altura superior a 1,50 metros, el trabajador debe demostrar que tuvo al menos 40 horas de capacitación práctica, en Canadá son ocho, en EEUU cuatro y en el país no se cuenta ni siquiera con una norma al respecto.
Sobre el tema regulatorio, Daniel Sánchez, presidente del Instituto Boliviano de Normas de Calidad (Ibnorca), aseveró que el número de empresas que se han certificado con una norma para seguridad industrial y salud ocupacional en el país avanza, pero a paso lento. Según el ejecutivo, 170 empresas en el país cuentan con un certificado de las normas OHSAS 18000, 18001 y 18002 apoyadas por la norma ‘empresa saludable’, que desa- rrolló la misma entidad.
El investigador del Cedla, Bruno Rojas, indicó que en Bolivia rige la Ley General de Higiene y Seguridad Ocupacional, norma que tiene el objetivo de proteger la integridad física y moral de los trabajadores.
Sin embargo, Bruno expresó que la formación de estas comisiones debe alcanzar a un número muy pequeño de las empresas establecidas en el país, ya que de las cerca de 157.000 unidades económicas registradas formalmente, la mayoría (92%) son unipersonales, es decir, micro y pequeñas empresas (mipymes), que no superan los 15 trabajadores.
Aplicación en las empresas
Guido Heredia, coordinador nacional de seguridad industrial de Soboce, indicó que en estas últimas seis gestiones (2008 a 2013) el costo anual que la cementera destina a seguridad industrial y salud ocupacional asciende en promedio a un 0,45% de sus costos totales y el 1,48% de sus costos fijos.
En esa industria cementera aplicaron recientemente un Sistema de Gestión Integrado, que incluye la seguridad y salud ocupacional y el mapa estratégico, como un coadyuvante de la generación de valor y de ventaja competitiva.
Por su parte, desde Repsol indicaron que como compañía aplican los mayores estándares de seguridad de su sector, lo cual supone una inversión inicial que puede ser elevada, pero que los beneficios se dan en el corto, mediano y largo plazo.
Una muestra de ello fue que en el desarrollo de las fases I y II del proyecto Margarita-Huacaya, donde alcanzaron más de 19 millones de horas-hombre de trabajo, tuvieron los mejores indicadores de seguridad registrados a escala mundial.
Se hicieron consultas al Ministerio de Trabajo y a Cadecocruz, pero hasta el cierre de edición no respondieron
Las industrias grandes aplican estándares para prevenir accidentes
Seguridad. La inversión es sobre todo en capacitación y en la mejora continua de sus sistemas de gestión
Estándares internacionales como la OHSAS 18001, normativas internas, además de capacitación y auditorías constantes, son las que aplican las empresas grandes para mitigar los accidentes en sus operaciones.
Desde Repsol Bolivia indicaron que cuentan con la certificación OHSAS 18001, que forma parte de su sistema integrado de gestión (SIG) que parte de la Política de Seguridad, Salud y Medio Ambiente de Repsol. “Hay un trabajo permanente para generar comportamientos y hábitos seguros, que a la larga permiten establecer una cultura de seguridad dentro de la compañía”, expresaron.
En la petrolera española también señalaron que la inversión en seguridad se hace en instalaciones, pero fundamentalmente en la formación y capacitación de los empleados, tanto de Repsol
Bolivia como de las empresas contratistas. “Campañas como 7 reglas para salvar tu vida hacen hincapié en la adopción de hábitos seguros para reducir aquellas conductas inseguras que son más reiteradas y que pueden derivar en un incidente”, dijeron.
Además, cuentan con otras herramientas como el Sistema de Observación Preventiva (Sopry) que permite que cualquier trabajador pueda advertir una situación de riesgo para corregirla.
Guido Heredia, coordinador nacional de seguridad industrial de Soboce, indicó que el aplicar su sistema de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional (SySO) les permitió que entre las gestiones 2007 y 2013 su Índice de Frecuencia de Accidentes (moderados o graves) por millón de horas-hombre trabajadas haya disminuido de forma global un 64%.
“Si tomamos como referencia los costos por accidentes que se generaban en 2007 y los comparamos con los costos reales de accidentes ocurridos en estas últimas seis gestiones, de forma global podemos ver una reducción acumulada de aproximadamente 28% en los costos de accidentes en los últimos cinco años”, explicó.
Trabajadores de la CBN, que participaron del taller de seguridad industrial con 3M, aseguraron que esta firma implementa sistemas de protección, escape y rescate con equipamiento de última tecnología. Aseguraron que en sus niveles de producción tienen registros de trabajo sin accidentes que se convierten en un incentivo para alcanzar metas económicas
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