Es común que los países muestren las tasas de desempleo como un indicador más para evidenciar el desarrollo económico o no. Sin duda en Bolivi a esto es algo que ha ido mejorando en los últimos años; sin embargo, es un hecho que no muestra toda la realidad de la situación actual del empleo.
Se realizó una investigación en más de 100 empresas bolivianas que han sido nuestros clientes en la consultora a través de servicios de reclutamiento y selección de personal o cualquier otro tipo de servicios de asesoramiento desde 2012 hasta 2014 y hemos descubierto que un 65% de las mismas tiene un índice general de rotación del personal igual o superior al 35% (es decir, casi cuatro de diez empleados rotan de sus puestos).
Por estándares internacionales, cuando la rotación es superior al 20%, se considera alta y peligrosa para emprender una vía de desarrollo sostenible. El personal que más rota es el operativo, personal de servicios, ventas o el altamente especializado que no es tan fácil encontrar en el mercado laboral.
Por otro lado, analizando más de 2.000 hojas de vida diferentes de postulantes que han participado de procesos de reclutamiento, hemos notado que un profesional en Bolivia entre 25 y 30 años ha rotado de trabajo de 4 a 6 veces y de 30 a 35 años ha rotado de trabajo como promedio de 7 a 8 veces. Las razones más importantes aludidas son: ‘promesas incumplidas por los empleadores (salario, tipo de puesto, ascenso, responsabilidades, carga laboral), con un 39%; las condiciones de trabajo no eran buenas (materiales y recursos del puesto, horarios, exigencia, infraestructura y otros), con un 38,2%; dificultades para cumplir horarios (en relación con estudios, problemas familiares, proyectos personales), con un 36%; o era un contrato por proyecto o por obra (21%).
La conclusión es que si bien mejoran las posibilidades de encontrar trabajo para los bolivianos en la relación oferta-demanda, hay una tendencia a no mantener el trabajo como una fuente laboral de ingresos estable y se ingresa a la era de la ‘fluctuación del personal’ para la cual no existe una clara estrategia a seguir ni por parte del Gobierno ni de las instituciones privadas.
Muchos pueden ser los factores hoy en día que pueden originar estos datos: no contar con procesos de reclutamiento y selección adecuados, la falta de políticas de retención o fidelización del talento humano, no poseer un desarrollo de carrera establecido que permita el crecimiento interno, la falta de procesos de promoción con indicadores de desempeño establecidos, la informalidad, los costos para mantener la mano de obra (salarios más beneficios directos e indirectos) y la falta de regulaciones orientadas a la calidad de vida del empleado.
Así, es importante contar con una tasa del empleo nacional que sí pueda mostrar en toda su magnitud los factores antes mencionados
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