El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó un 7.34% en la tasa de desempleo en el país el 2012. Según el informe, los sectores más afectados son los jóvenes y las personas mayores de 50 años. Profesionales y empleadores observan que las personas mayores de 60 años no tienen la agilidad y capacidad esperadas, sin embargo también admiten que los jóvenes no tienen la experiencia necesaria para desempeñar sus funciones profesionales.
El trabajo es una fuente de ingreso para cada hogar boliviano. Sin embargo tanto en las empresas grandes y pequeñas, como en los negocios propios se observa una contradicción, la cual no es novedosa. Si una persona es joven se le exige experiencia y si una persona es mayor o pasa de los 50 años se lo considera menos ágil y poco eficiente. Este aspecto demuestra que cuando un individuo llega a cumplir una determinada edad, es más difícil mantener o conseguir un empleo. Así lo manifestaron profesionales y empleados que fueron consultados por EL DIARIO.
“La gente cuando ve que ya cumplimos los 40 años o los 50 años, pese a que estemos fuertes, parece que la sociedad y las empresas, nos tratan como materia desperdiciable”, dijo Isaac Jiménez, quien trabaja como periodista hace más de 30 años.
Las personas se sienten discriminadas cuando cumplen más de 52 años y afirman que no perciben que se valora su experiencia, las ganas y la fuerza que aún tienen.
“Nos discriminan, nos hacen a un lado cuando vamos a pedir trabajo, muchos tienen que dejar sus profesiones para dedicarnos a la limpieza o labores del hogar para otra persona, porque en nuestra profesión ya no nos permiten trabajar. Y si algunos están en una empresa muchos años, buscan cualquier pretexto antes de pagarles su jubilación”, comentó la profesora María Ruiz, quien ejerce la profesión durante más de 35 años.
Según datos estadísticos del INE, Bolivia alcanzó a un 7.34% en la tasa de desempleo. Estos datos fueron obtenidos en las ciudades capitales, la gente mayor de 55 años, aun se siente capaz de realizar actividades que vayan de acuerdo a su edad.
Quienes acuden a las empresas o negocios a pedir trabajo y son discriminados por su edad optan por abrir su propio negocio si cuentan con el capital económico necesario o en su defecto, se dedican al comercio minoritario.
En el caso de los jóvenes, las edades que prefieren los empleadores para contratarlos oscilan entre los 25 a 30 años aproximadamente, por lo que cuando un universitario concluye su carrera no puede obtener fácilmente un trabajo.
“Nos piden experiencia, pero seguro que cuando lleguemos a mayores tampoco nos contratarán. Como universitario me he formado a mí mismo, fui autodidacta, pero lo que me ayudó a conseguir mis primeros trabajos fueron los contactos que tenía con mi familia y amigos, de otra manera, no nos contratan si somos muy jóvenes”, manifestó un joven profesional arquitecto, que prefirió no revelar su identidad.
Esther Rojas, una madre de familia de 33 años de edad, cuenta con su propia librería en una zona céntrica de la ciudad de La Paz. Ella relata que su esposo siempre le pidió contratar a jóvenes.
“Las personas mayores no tienen buena memoria, no son ágiles ni pueden alzar cosas pesadas (…) Ahora si son muy jóvenes y no tienen experiencia, no los contratamos, es mejor que aprendan en su casa o con sus familias”, sostuvo.
A los jóvenes se les pide experiencia y a los mayores se les pide juventud. Una contradicción que parece encontrar solución sólo en la autoformación de los jóvenes y los primeros empleos con la ayuda de familiares y amigos. Respecto a las personas adultas que pasan los 50 años, aparentemente sólo pueden optar por jubilarse, dejar sus profesiones y dedicarse al comercio informal.
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