Trabajo infantil, se define como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Es peligroso y perjudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño e interfiere con su escolarización al privarle de la posibilidad de asistir a clases y obligarlo abandonar la escuela de forma prematura, reza una de las definiciones sobre el trabajo infantil. Cuando faltan pocos días, 12 de junio, para que se celebre el Día Mundial contra el Trabajo Infantil se habló con Guillermo Dávalos, coordinador de Proyectos de la Fundación Sepa, una organización que trabaja por los derechos de los niños y adolescentes. El Protagonista de este martes es sociólogo de profesión y fundador de la fundación.
¿Por qué se da el trabajo infantil en Santa Cruz y Bolivia?
G.D.: La mayoría de los niños y adolescentes que trabajan lo hacen, porque sus familias viven en una situación de pobreza que les impide obtener los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas. Esto porque muchas veces sus padres no tienen buenos empleos que les permitan ganar lo suficiente para garantizar la supervivencia de la familia. Sin embargo, lo paradójico es que la inserción temprana al universo laboral les afecta en el derecho a la educación.
¿Qué tan grave es la problemática del trabajo infantil?
G.D.: En Bolivia se estima que existen 848.000 niños y adolescentes trabajadores, de este total un 25%, 215.000, viven en el departamento cruceño. A esto hay que agregar que el 20% de ellos están insertos en actividades peligrosas como la zafra de caña de azúcar, en las que se exponen a intoxicaciones debido a que realizan fumigaciones con químicos, así como a lesiones físicas por el uso de herramientas que superan su fuerza corporal, o en el ámbito urbano como limpiaparabrisas o en la venta ambulante en plazas, semáforos y ferias, por ejemplo.
¿Quiénes son los que se benefician al final con el trabajo infantil?
G.D.: Efectivamente el trabajo infantil contribuye al ingreso familiar; sin embargo los estudios realizados al respecto dan cuenta que el aporte, sobre todo de menores de 14 años, no es relevante para la sobrevivencia familiar y está claro que los niños y adolescentes que trabajan pierden su presente y sacrifican su futuro. El primero, porque en vez de dedicarse a estudiar y a jugar, se ven involucrados en trabajos propios de los adultos. El segundo, porque al no haber asistido a la escuela ni recibido una educación adecuada, tendrán menos oportunidades de obtener buenos empleos y serán probablemente los pobres del futuro.
¿Qué tan positivo es el nuevo código?
G.D.: El nuevo Código del Niño, Niña, Adolescente no significa un cambio sustancial respecto al vigente puesto que se enmarca en la Convención sobre los Derechos del Niño, el cual marcó el tránsito de la consideración de la niñez como objeto de atención al reconocimiento de su condición de sujeto de derechos.
La edad mínima para el trabajo infantil que se fijó es de 14 años, ¿Esto es positivo o negativo?
G.D.: Por las razones anotadas sobre los efectos que produce la inserción temprana al universo laboral, naturalmente que se hace necesario evitar que ello suceda y a esto apunta el establecer una edad mínima y la prohibición de una serie de trabajos peligrosos para adolescentes. Sin embargo, naturalmente que esto apenas es el punto de partida y la obligación de los gobiernos en la implementación de políticas orientadas a la prevención y erradicación del trabajo infantil.
¿Las autoridades colaboran con políticas preventivas en este tema?
G.D.: A nivel departamental se ha logrado una disminución significativa del trabajo infantil en la zafra de caña de azúcar, gracias a algo más de una década de acción sostenida articulando esfuerzos de entidades públicas y otros organismos.
¿Cuáles son los problemas que más aquejan a los niños y jóvenes?
G.D.: Primero está la violencia en sus diferentes formas: maltrato, pandillas, violencia en los colegios, en la familia. Otras problemáticas son el consumo de drogas, las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no planificados.
¿Qué políticas y programas lleva adelante la fundación Sepa?
G.D.: Desde 2012 se ejecutó el proyecto "Por nuestros derechos, evitemos el trabajo infantil", cuyo propósito es contribuir a la prevención y erradicación de estas actividades asegurando el derecho a la educación de niños y adolescentes trabajadores de la calle que habitan en los distritos 8 y 12. Hasta la fecha se ha logrado que 1.038 niños y adolescentes asistan y permanezcan en la escuela habiendo hecho realidad su aprobación de curso el 2013, participando al menos del 95% de las actividades de nivelación y reforzamiento pedagógico.
'Embarazos no planificados, es una de las problemáticas que más afecta a la juventud en la actualidad'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario