La población desocupada con educación superior llegó a 10,5 por ciento en el país, según la Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el BID, realizada en 2011.
La tasa corresponde a lo que se denomina desempleo ilustrado, que es el que afecta a la población con nivel educativo secundario y universitario.
Según datos del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), la tasa se incrementó en la década pasada pues en 2001 fue de 7,5 por ciento y para 2010 subió a 10,6 por ciento. Desagregando por niveles de educación, el desempleo en personas con estudios primarios es de 15,4 por ciento; para quienes tienen estudios secundarios la tasa es de 39,6 por ciento y de 44 por ciento para quienes tienen estudios superiores.
El investigador del Cedla, Bruno Rojas, señaló que esto se debe a que aproximadamente 73 por ciento de la demanda laboral urbana se centra en trabajadores poco o nada calificados, lo que supone un problema estructural del mercado laboral originado en el hecho de que la economía boliviana es poco industrializada.
Los registros de Fundempresa señalan que 92 por ciento de los establecimientos económicos son micro y pequeñas empresas, que generan empleo, pero no de calidad y sólo 2 por ciento son grandes industrias que pueden generar empleos de calidad, definidos como fuentes laborales estables y con beneficios sociales.
Minería e hidrocarburos, las otras mayores actividades económicas del país, generan escaso empleo, apuntó Rojas; mientras que comercio y servicios concentran casi al 65 por ciento de la población ocupada, pero brindan escasas perspectivas.
Así, tener instrucción no garantiza un empleo de calidad. Los registros de Fundapro, una institución que otorga crédito educativo, señalan que anualmente las universidades públicas y privadas lanzan al mercado laboral 170 mil nuevos profesionales, pero sólo la mitad encuentra trabajo. De quienes logran una fuente de empleo, la mitad lo hace en la carrera estudiada, mientras que la otra mitad es subempleadao está en actividades que no corresponden a la carrera estudiada.
Sobre las políticas públicas para luchar contra el desempleo, Rojas observó que las que ejecuta el Gobierno sólo generan empleo temporal pues realiza proyectos que ofrecen vinculación laboral, ya sea para jóvenes o para mujeres, que tienen una duración máxima de un año, por tanto tienen poco impacto para reducir la tasa de desempleo. Puso como ejemplo que de 156 mil desocupados en 2011, los programas del Gobierno sólo atendieron a 3 mil. “El desafío es crear empleo de calidad, pero es un desafío que está abandonado”, dijo.
ALGUNAS CIFRAS
• Casi 55 por ciento de los desocupados tarda más de seis meses en encontrar trabajo.
• En general, una cuarta parte de la población tarda más de 1 año en encontrar empleo.
• El 9,8 por ciento de los desempleados tarda más de dos años en conseguir un empleo.
• En 2011, el 58,2 por ciento de la población ocupada tenía ingresos por debajo de los 1.792 bolivianos (costo de la canasta básica).
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