15 julio 2014

Pros y contras de dejar el empleo por un proyecto



Cuántos no han soñado con dejar el empleo, muchas veces rutinario, y partir a estudiar otro idioma, un programa o hobby, sin miedo ni necesidad de tener que recibir un sueldo. Lo más probable es que en la mayoría de las personas esta idea quede ‘alojada’ en la mente, pero bien lejos de hacerse realidad. Sin embargo, aquellos que pertenecen a la Generación Y (1977-1994) se caracterizan por tomar esta decisión.

Como respuesta a las interrogantes de este actuar, Joaquín Márquez, team leader finance & administration en Randstad, cree que, en parte, se debe a las favorables condiciones económicas y laborales de algunos países. Como ejemplo, analiza a Chile: sus condiciones fomentan que exista mayor movilidad, una tasa de desempleo baja y una alta demanda de mano de obra calificada.
“Esta situación da muchas facilidades a la hora de buscar reemplearse y mejores condiciones, lo que en algunos casos, hace bajar los estándares de requisitos. Sumado a esto, existe un cambio de mentalidad representado por la Generación Y, la cual está propensa a tomar más riesgos para obtener mejor retorno”, dice Márquez.

¿Es una vía de escape?
Otra recomendación, dice Márquez, es “saber si la decisión es una vía de escape de su realidad o el deseo de perseguir alguna meta en concreto. Hay que preguntarse, ¿Qué es lo que no me gusta de mi trabajo? ¿El problema soy yo o es la empresa? ¿Qué estoy buscando? ¿Dónde y cómo me veo en los próximos 5 a 10 años? Estas son las preguntas que se deben hacer y deben ser capaces de contestar sinceramente”.

Para los especialistas, antes de tomar la decisión, es necesario tener muy claro el plan de vida, de forma de hacer una inversión y no un gasto porque sí. Márquez dice que “hay que considerar los medios con los que se dispone, realizar un MBA conlleva una inversión muy grande, capital que podría ser incluso para un emprendimiento”.

En el caso de los posgrados en general, Sharon dice que “si la intención es engrosar la hoja el currículum, pensando en la empleabilidad y en ascensos futuros, una buena decisión pueden ser los programas de grados”.

Y aunque quienes tienen entre 25 y 35 años suelen hablar mejor el inglés que sus colegas mayores, igualmente atrae perfeccionarse o aprender una tercera lengua. Sharon explica que “el perfeccionamiento en idiomas, especialmente el inglés es vital para cualquier profesional”./mba.com

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