21 diciembre 2015

Casas de empleo carecen de control

Desde la visita de una delegación de parlamentarios del Brasil a la ciudad de El Alto en la gestión 2013, encabezados por el cónsul de Bolivia en Sao Paulo Jerjes Justiniano, no se informó sobre alguna medida de control a casas de empleo que se convierten en puntos de captación de personas.

Varias actividades económicas, tiendas, sucursales y otras modificaron sus actividades de venta de productos comerciales, por la publicación de “ofertas de trabajo”, lo que al final se convierte en un procedimiento de trata y tráfico de personas sobre todo aquellas solicitadas para otros países.

Las ofertas de empleo no sólo son al Brasil, sino, en los últimos meses, creció la demanda a Chile, Perú y China, países, donde no se tiene ninguna información de control, supervisión y menos protección por parte de los encargados de instancias diplomáticas quienes fuera de dar a conocer sobre las denuncias de la trata y tráfico de sus propios conciudadanos, no se conoce de ninguna labor de control iniciada por estas instancias.

Hasta la presente gestión, en el vecino país se realizaron diferentes allanamientos a talleres, encontrando más de medio centenar de personas en situación de esclavitud en Sao Paulo, donde los ciudadanos trabajaban en una empresa de talleres textiles administrado por otro boliviano, que logró llegar a este país gracias a la falta de control de los municipios y la total ausencia de control en las trancas interdepartamentales e internacionales, como lo verificó EL DIARIO.

FRONTERA

Una de las fronteras donde no se registra presencia policial, militar y menos de migración es justamente la frontera con el Brasil (Brasilea) donde cinco funcionarios al interior de una caseta, sólo se preocupan que transcurra el tiempo laboral y no registran ningún desempeño en el control de ingreso y salida de vehículos de servicio público y privado, donde las flotas pueden salir e ingresar sin registrar a sus pasajeros, hasta llegar algunas zonas del lado del Brasil.

La trata y tráfico de personas, si bien preocupa a la población de Cobija por la salida de menores y adolescentes mujeres por las zonas fronteriza, son sobre todo familias o personas del occidente quienes llegan a Brasil para trabajar en los talleres textiles, donde están en riesgo de sufrir explotación laboral y vivir en condición de esclavitud.

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