No se trata solo de una costumbre antigua y arraigada la decisión anual asumida por el Gobierno central del aumento del salario mínimo nacional (SMN).
Es algo constitucional, no solo de la última aprobada por referéndum, se encontraba ya en las anteriores.
Tiene una larga historia, ‘es una conquista social’.
En muy pocos países del mundo desarrollado no existe el salario mínimo. Es un planteamiento socialista que se ha impuesto en el mundo.
Como los socialistas suponen que en el mercado del trabajo, una de las partes -el empleador- impone su voluntad si se dejan actuar libremente a las fuerzas del mercado, entonces, el Estado debe salir en defensa de los trabajadores determinando un salario mínimo.
Una otra razón, a favor del salario mínimo es la crónica inflación en la que viven los países.
Un mal endémico es la continua elevación de precios de lo que se denomina la canasta básica de bienes.
Como estos suben, se haría necesario que suban también los salarios, para que no caiga el poder adquisitivo del ingreso del trabajador, pero por determinación de los gobiernos, ya que no se confía en las libres fuerzas del mercado para que voluntariamente se realice este ajuste.
Pero siguiendo esta lógica, no se percatan sus auspiciadores que cuando se aumentan los salarios se incrementan los costos y por ende los precios de lo que producen.
En la economía esto se conoce como la explicación mixta de la inflación.
Esta se alimenta tanto por continuas expansiones de la demanda en los diferentes mercados como por contracciones de oferta como consecuencia del aumento de costos.
Por consiguiente, todo aumento generalizado de salarios se trasladará al nivel de precios.
Cuanto más alto sea el aumento salarial en una economía, más alta será la inflación que se registre.
La curva salarial
Otro problema que se presenta es que se puede aplanar la curva salarial en beneficio de los trabajadores menos productivos y en desmedro de los más productivos, ‘achatando’ la curva salarial que difícilmente construyen las empresas modernas.
Esto también supone una redistribución de ingresos de los que más ganan en beneficio de los que menos ganan, un objetivo también socialista.
Esto desincentiva el esfuerzo del trabajador para su continua superación en educación para el trabajo, y con ello se impide el aumento, tan necesario, de la productividad económica.
Y el impacto más notable se da en el desempleo laboral mundial, con excepción de Asia.
Como los salarios mínimos se ubican por encima de lo que libremente determinaría el mercado del trabajo para trabajadores de mínima productividad, se reduce su demanda.
¿Quiénes son los perjudicados? Son los jóvenes, que requieren iniciarse en la vida laboral, para de esa manera adquirir experiencia y elevar su rendimiento y, por consiguiente, hacerse acreedores a mejores salarios en el mercado laboral.
En Europa la tasa de desempleo es elevada; sin embargo, en cualquier país de la Unión Europea (UE) la tasa de desempleo juvenil duplica a la total.
Por esta razón, los jóvenes permanecen inactivos acompañados de la frustración.
Esta realidad laboral ha puesto en debate la política del salario mínimo.
Lo que sucede en el país
En Bolivia, por segundo año consecutivo se ha incrementado el salario mínimo en un 20%, dando como resultado un acumulado anual promedio del 14,1% en los últimos nueve años, cuando la tasa de inflación para los últimos ocho años se ubica en menos de la mitad.
En 2013 el SMN en Bolivia alcanzaba a Bs 1.200 y para la actual gestión aumentó, mediante decreto, a Bs 1.440.
Un hecho para destacar es que se ha generado un proceso de redistribución de ingresos.
Mientras el año 2005 un gerente, en el sector privado, ganaba 22 salarios mínimos, para el año 2013 se redujo a 12.
Sin embargo, paradójicamente no se ha incrementado la tasa de desempleo.
Durante todo este tiempo más bien ha disminuido.
Es posible calificar que Bolivia está atravesando por un periodo de pleno empleo, lo que es compatible con una tasa de desempleo -pequeña- calificada como natural.
¿Cómo se explica esto? La creación de empleo dominantemente se da en Bolivia en el sector informal donde no existen salarios mínimos nacionales, ni se cumple con los aumentos generalizados de salarios que anualmente dispone el Gobierno central
PERFIL
Experto en economía
Economista de profesión. Expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.
Ejerció la docencia en varias universidades del país. Entre sus pasiones está la lectura, la enseñanza y escribir. Su último libro publicado titula Economía monetaria, que ha merecido elogios del mundo académico y empresarial por su esencia crítica y reflexiva.
Si bien el DS 1988 del 1º de mayo establece un nuevo Salario Minimo Nacional de 1.440, pero no indica textualmente que la palicación debe ser con retaoratividad a enero, por tal motivo en el Gobierno Municipal de Bermejo-Tarija, no se procedió al pago retroactivo producto del cálculo del nuevo SMN, por lo que me permito hacer la siguiente consulta:
ResponderEliminar- Se debe pagar el retroactivo a enero por la diferencia del cálculo del bono de antiguedad, si o no?
- Como hacer entender esta situación a los ejecutivos del GAMB, si en anteriores gestiones, si, se pagó esta diferencia
Se agradece su ayuda
Atentamente
Nicanor Gonzalo Rueda B
SECRETARIO GENERAL SINDICATO DE TRABAJADORES MUNICIPALES DE BERMEJO