l Día del Trabajo, celebrado en casi todas las partes del mundo, fue establecido en 1889, en conmemoración de la lucha protagonizada tres años antes por obreros en Estados Unidos. Ellos exigían el establecimiento de las ocho horas de trabajo diarias y mejores condiciones laborales.
Gracias al sacrificio de estos obreros, que fueron perseguidos y ejecutados por las autoridades de aquel tiempo, ahora las ocho horas de trabajo son una norma laboral.
EL DEBER conversó y retrató a cuatro personas que han hecho de su oficio una forma de vida, con la que mantienen a sus familias. Un fundidor de metales, un tornero, una lavandera y una pastillera hablan del esfuerzo diario que le ponen a sus actividades, que hoy dejarán de lado para festejar
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