Tomando como base las estadísticas del Censo 2012, se deduce que el sector público de las empresas del Estado solo generan 11.251 empleos "productivos" frente a un sector privado con 1.105.000 puestos, según el Centro Boliviano de Economía (Cebec) dependiente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco). En dichos datos no se toman en cuenta a los empleos de la administración pública, salud y educación, por tratarse de una actividad no productiva. "Eso no significa que no sean puestos de trabajos indispensables, pero no corresponden al sector productivo. Eso quiere decir que si se promueve al sector privado se podrá generar más empleos", explicó Pablo Mendieta, director del Cebec.
En el análisis. Mendieta señaló que el Gobierno debe apostar, tomando en cuenta la coyuntura actual de la caída de los precios internacionales del petróleo y de una economía dependiente de las exportaciones del gas, a la diversificación de la economía a mediano y largo plazo. "Hay que empezar a ver sector por sector cuáles son las prioridades para generar inversión, condiciones y empleos productivos", dijo.
A potenciar la inversión privada y quitar barreras. El economista Germán Molina considera que el empresario boliviano no tiene las condiciones mínimas para aumentar la inversión, porque sus costos internos se hacen cada vez más altos con los bonos e incrementos salariales, el Estado le impone las restricciones a las exportaciones y la falta de reglas claras y seguridad jurídica para seguir creciendo y diversificándose más.
En la misma posición, Armando Méndez, expresidente del Banco Central, apuntó a que el Gobierno debe cambiar su mirada en favor de la inversión privada, al constituirse en el principal generador de la mano de obra, pero con reglas claras para la inversión.
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