Una jornada completa representa por lo menos un salario mínimo nacional; sin embargo, la calidad del trabajo se deteriora si la actividad que desempeña una persona es inferior a las ocho horas al día, sostiene el director de LABOR, Rodolfo Eróstegui.
La ley establece que la jornada laboral es de ocho horas diarias, 48 horas a la semana para el varón y 40 horas para la mujer.
Sin embargo, recalca el especialista, en la actualidad el salario se habría convertido en un "bono”, sobre todo en el caso de los jóvenes trabajadores. "Es una forma de remuneración que no necesariamente está vinculada al salario”, asegura el especialista.
El exministro de Trabajo Luis Fernández Fajalde recuerda que hoy en día más del 70% del empleo se genera en la economía informal, que no está regulada por ningún tipo de norma, lo que deriva en "el desconocimiento de derechos sociales en la medida en que el obrero no accede a un marco protectivo y no tiene la posibilidad de estabilizar su trabajo, están sujetos al mercado”.
Según datos del INE, los sectores en los cuales se distribuyeron los empleos en 2011 son el familiar, el empresarial, el semiempresarial, el Estado y, finalmente, el doméstico.
Con las políticas impuestas desde 1985, recuerda Fernández Fajalde, el Estado se ha ido reduciendo y dio espacio al sector privado para la generación de empleo, lo que, sin embargo, "no se logró viabilizar en las expectativas que seguramente ese modelo tenía así establecidas”.
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